Los muertos tienen nombre

¿Cuántos muertos hubo en el movimiento estudiantil de 1968? Durante décadas, el registro de mexicanos caídos en 1968 lo mantuvo el gobierno como un secreto de Estado. Pero cada día, cada año que pasa el muro ha ido cayendo. En la Plaza de las Tres Culturas existe el registro, con nombre, de 18 estudiantes caídos. Pero ahora, a 35 años de distancia, y por vez primera, salen a la luz pública documentos desclasificados que dan cuenta de nuevos nombres y que elevan la cifra de caídos a 41.

Sí, por primera vez y a partir de documentos secretos de la Dirección Federal de Seguridad, del Centro de Investigaciones Políticas y Sociales; y de la Defensa Nacional, se sabe que el gobierno tuvo registrada la muerte de 41 personas en el curso del movimiento estudiantil que va del 26 de julio al 4 de octubre de 1968. De ellos –según los propios registros del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz– 31 fallecieron por los enfrentamientos del 2 de octubre.

Si son todos los registros oficiales que tuvo el gobierno y si son todos los muertos de los cuales el gobierno tuvo registro, eso solo lo saben las autoridades de esos años.

El expediente del 68, sin embargo, sigue abierto.

Caía la noche en Tlatelolco y el gobierno contaba ya uno a uno los muertos y los heridos. El reporte a detalle del Forense es preciso: 31 muertos entre el 2 y tres de octubre. De estos, 24 fueron cayeron por proyectiles, 22 por «heridas con trayectoria sensiblemente horizontal; 4 con trayecto descendente.

Hace 35 años, desde el 3 de octubre, en las oficinas de Gobernación se contaba con todos los detalles de los muertos, sus antecedentes académicos, familiares, laborales; cuántas habían sido mujeres, cuántos hombres; oficios, profesiones e, incluso, la trayectoria de la bala o la bayoneta que los había matado y si la muerte había sido súbita o lenta.

Minuto a minuto, los aparatos de inteligencia, Dirección Federal de Seguridad, Investigaciones Políticas y Sociales y de la Defensa, tomaron nota de quienes fueron cayendo baleados, heridos o muertos.

Para el 3 de octubre, en Gobernación se tenían bien definidos los muertos, la forma y causas de muerte, la trayectoria de las balas y las bayonetas en los cuerpos. Los muertos y los heridos, los estudiantes que días antes cimbraban la ciudad, pasaron a ser estadísticas.

Los documentos corresponden a los expedientes no clasificados del AGN, que corresponden las que fueran las oficinas particulares de los hombres clave de gobernación como Luis Echeverría Álvarez, Fernando Gutiérrez Barrios.

Entre esos miles de documentos no clasificados está el reporte a detalle de los «Procesos Necróspicos del 3 de octubre de 1968».

Entre los muertos 2 eran estudiantes de vocacional; 1 de secundaria; 4 de preparatoria y 4 de profesional y 1 uno de escuela no oficial, un total de 12 estudiantes, de los 31 muertos.

El resto, 3 eran profesionistas; 3 empleados particulares, 4 obreros, 2 amas de casa, 2 domésticas y de 5 se ignoraban sus antecedentes, aunque el médico que realizó la información deducía que «probablemente no eran estudiantes».

Se tenía también el tiempo en que tardaron en morir los 31: 27 murieron de manera inmediata, y cuatro posterior en horas o días.

Se destaca que 6 de los 31 murieron por balas que penetraron por la espalda, mientras que 4 fueron asesinados con proyectiles con gran desnivel de los orificios con respecto al plano de sustentación (sic).

La edad de los 31 asesinados esa noche en Tlatelolco, según las cifras oficiales, eran las siguientes: de 13 a 20 años de edad, 16 personas; de 21 a 30, 7; de 31 a 40, 5; de 40 a 60, 3.

25 eran hombres y seis mujeres.

La minuciosidad de la investigación llevó saber que de las 31 asesinados, 23 personas habían sido atacadas por arma de fuego de gran potencia; 3 por otras armas de fuego, 3 por arma blanca y 1 por traumatismo y 1 por traumatismo y submersión (sic).

El 17 de octubre de 1968, el Director del Servicio Médico Forense del DF, Dr. Miguel Gibson Maitret, envió al procurador de Justicia del Distrito Federal y al Procurador General de Justicia de la República, un reporte que revela detalles de cómo en realidad murieron las decenas de asistentes al mitin de Tlatelolco.

El informe del director del Forense contradice las versiones militares y del gobierno en el sentido de que la mayoría de los muertos presentaban perforaciones provocadas por proyectiles con dirección de arriba hacia abajo, versión que legitimaba la lectura del gobierno de que habían sido los estudiantes quienes dispararon de los edificios.

Informa el Dr. Miguel Gibson Maitret: «Hago referencia a la petición formulada por usted para ampliar la información de carácter médico legal ya rendida, en relación con los acontecimientos que tuvieron lugar en Tlatelolco el día 2 de los corrientes, en el sentido de cuáles fueron los trayectos que siguieron los proyectiles en el cuerpo de las víctimas que murieron a consecuencias inmediatas o tardías de heridas por arma de fuego.

«La información se puede sintetizar en las siguientes cifras: Heridas con trayecto descendente y con gran desnivel, con respecto al plano de sustentación, 4. Heridas con trayecto sensiblemente horizontal, 22. Heridas con trayecto ascendente, 0».

Contra lo que dijo el entonces secretario de Gobernación, Luis Echeverría, la mayoría de los muertos – veintidós–, fueron asesinadas con trayectoria de bala horizontal, o sea, de frente o por la espalda. Solamente cuatro por balas dirigidas desde los edificios, donde se apostaba el Batallón Olimpia.

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